Paula el
Aprendizaje efectivo: técnicas de estudio
La lectura como primer paso
Al igual que para correr una carrera es imprescindible saber andar, para estudiar es necesario leer primero. En esta primera fase, lo primero que debemos hacer al abordar un tema es leerlo. No pienses que esto te hará perder tiempo, al contrario, leer un tema antes de estudiarlo te permitirá tener una idea general del mismo y conocer su contenido gracias a los títulos y subtítulos. Al mismo tiempo, podrás percibir el nivel de conocimientos y relacionar los nuevos contenidos con los que ya tienes, dándote cuenta de que no todo es tan nuevo como parecía.
Subrayado y Esquema
Para optimizar nuestro tiempo de aprendizaje, es recomendable subrayar el tema después de leer el texto. El subrayado debe contener la información básica, como palabras aisladas o frases breves, principalmente verbos y sustantivos, y se deben jerarquizar las ideas con distintos tipos de marcas, como doble subrayado o llamadas de atención como asteriscos o exclamaciones. El subrayado hace que el estudio sea más atractivo y agradable y facilita la concentración al estudiar.
Después de la fase del subrayado, se puede realizar un esquema, que es una técnica para descubrir lo esencial del texto y prescindir de lo accidental. Las ideas se resaltan en un orden lógico y permiten visualizar el "esqueleto" del tema.
El resumen
Después de leer, esquematizar y subrayar un texto, la siguiente fase en las técnicas de estudio es el resumen. Esta técnica de síntesis ayuda al estudiante a comprimir el material y redactar las ideas. El resumen se elabora a partir de las frases y palabras subrayadas y generalmente tendrá una extensión de aproximadamente una cuarta parte del texto original, aunque esta proporción puede variar según la densidad de ideas o las explicaciones del texto.
Memorizar
Es importante destacar que la memorización y la comprensión están íntimamente relacionadas, por lo que no se puede memorizar eficazmente sin haber comprendido previamente el material. Por lo tanto, es fundamental trabajar en la comprensión de la materia antes de aplicar técnicas de memorización, ya que todo debe tener sentido para nosotros.
Es posible mejorar nuestra capacidad de memoria mediante el uso de métodos que aprovechan la lógica del funcionamiento cerebral. Uno de estos métodos son las reglas mnemotécnicas, que nos permiten recordar información a través de asociaciones y relaciones mentales.
Cuando se trata de memorizar definiciones, la técnica más común es la grabación. Esto implica leer con atención las líneas de texto que queremos recordar (no más de cuatro), y luego repetirlas después de unos segundos de espera. Si leemos en voz alta y enfatizamos algunas palabras clave, aumentaremos la eficacia de esta técnica.
Para memorizar textos más largos o resúmenes, podemos utilizar la técnica de parafraseado. Esto implica leer el texto completo (media página o una página) y luego reproducirlo con nuestras propias palabras. Al hacer esto, memorizaremos una serie de ideas y también interiorizaremos las relaciones entre ellas.
El repaso
El repaso es la última etapa del aprendizaje, ya que es esencial para la memorización a largo plazo. Una forma efectiva de lograr esto es recordar lo que se ha aprendido el día anterior al comenzar la sesión de estudio. La información que se retiene tiende a perderse gradualmente, pero el repaso ayuda a actualizar el contenido adquirido y disminuir la pérdida de conocimientos, al mismo tiempo que profundiza en la comprensión del tema.